lunes, 18 de enero de 2016

Manuscrito Voynich y flores del espacio contra el Blue monday.

Ya está aquí, el día matemáticamente más triste del año. El Blue Monday. La suma de factores dirá lo que quiera pero yo elijo cuando estar triste. Y hoy, no. Así que hasta nueva orden hoy elijo la alegría.
Me rodeo de optimismo y leo que ya ha nacido la primera flor en el espacio. Se trata de una Zinnia y es de color naranja, uno de los colores más vitales que existen. Felicitamos a Scott Kelly el astronauta convertido en jardinero.
Más buenas noticias. Si quieres ponérselo difícil al alzheimer: Baila. Bailar es efectivo, antidepresivo, divertido y encima haces ejercicio. Ya lo sabes, “Mueve tus caderas cuando todo vaya mal”, como cantaban los Burning.
Y de bailes y flores nos vamos a libros. El sábado pasado el frío me “castigó” y no pude ir a la montaña, así que me fui de rebajas. Después de probarme todos los zapatos que encontré, como si fuera la hermanastra de Cenicienta, decidí que no tenía el día. Así que me fui a “Norma Comics” de Lleida, donde cayó un ejemplar de Sandman que tengo esperando a empezar. Da gusto entrar en un sitio y hablar con gente que entiende y disfruta lo que hace. La mujer al cargo, me contó que la colección “Sandman” había pasado por varias editoriales y que era difícil encontrar ejemplares, la verdad es que no soy nada coleccionista, soy más bien una devoradora de libros que lee cualquier cosa que esté impresa. La visita a la tienda vale la pena, sobre todo si eres “novata” como yo, tú déjate guiar y disfruta.
Y vamos a añadir unas gotas de misterio a la vida. La editorial burgalesa Siloe, ha sido la elegida para editar un facsímil del misterioso “Manuscrito Voynich”. El códice lleva el nombre de su último descubridor, Wildrid Woynich, un anticuario polaco que lo adquirió a los jesuitas en 1912, y cuyos pergaminos ha datado el carbono 14 entre 1404 y 1438. No sabemos muy bien la lengua en que está escrito, conocemos por las ilustraciones y algunas pocas palabras que se han podido descifrar que está a caballo entre un herbolario y un tratado de alquimia. Estamos a la espera de que salga y podamos, si no comprarlo, al menos visitarlo cuando esté en exposición al público.
Os dejo, con misterios, con alegrías, cambiando el color azul por el naranja, que tiene más vitamina C y que nos protegerá de los virus de gripe y mala leche que nos acechan. Como siempre, me despido con una canción. Y como antes he dicho, hay que bailar, y si hay que aprender, lo haremos con uno de los mejores. Y en cualquier situación. Hasta bajo la lluvia. Sed felices.




miércoles, 6 de enero de 2016

Cajas vacías.

El fin de las vacaciones de Navidad, lo asocio sin remedio a la voz del periodista Andrés Aberasturi hablando por la radio de los papeles de regalo y cajas de juguetes en los contenedores de basura.  De pequeña las voces de RNE1, me contaban infinidad de cosas, mientras José María Pou y Concha Barral me hablaban de casi todo lo que sé de teatro musical americano; Andrés me contaba historias de cada día y sembraba en mi inconsciente, palabras que yo convertía en imágenes que siempre me acompañarán. Y la verdad es que ahora mismo desde mi ventana estoy viendo como gente deja cajas vacías de juguetes en el contenedor, y pienso en toda la felicidad que contenían dentro. El poder acumulado mientras estaban escondidas para que no las encontraran, o la ilusión con la que han sido elegidas. Magia en estado puro.
Lo curioso, es que la gente suele asociar el fin de las vacaciones con estados de depresión y tristeza, y muchos empiezan a contar las horas hasta las próximas. Es extraño que no nos demos cuenta de que la vida es lo que nos pasa todos los días, y las vacaciones son sólo esa excusa para pasar tiempo con la gente a la que queremos, para ver películas antiguas, o para disfrutar del “dolce far niente”.
Me quedan aún unas horas para volver a mi rutina diaria, y la verdad es que pienso aprovecharlas a fondo. No voy a hacer la lista de buenos propósitos, porque si en los últimos años no los cumples, soy de la opinión que hay que indultarlos.
Así que este año, me relajo. No hay planes de aprender un idioma nuevo, de hacer puenting o de aprender a cocinar.
Sin embargo, sí hay planes de disfrutar lo que traiga cada momento, dar patadas a las piedras del camino y escuchar por lo menos una canción al día que me encante.

Os dejo, con este Post nocturno, para que disfrutéis de los siguientes instantes, y os dedico esta canción, de Belle and Sebastian, que han compuesto alguna de mis canciones fetiche,  disfrutadla y sed felices.


EL CREADOR DE DISTOPÍAS

  Tengo un amigo que ama las distopías. Escribe sobre ellas y parece que todo lo analiza con precisión quirúrgica, cuando lo imagino delante...