miércoles, 18 de noviembre de 2015

Murakami, mis sueños y l'esprit d'escalier.

Hace días que tengo un sueño recurrente. Estoy en una especie de reunión con amigos y entra Murakami, el escritor de los gatos y el jazz. Trae una bandeja llena de cafés tipo Starbucks y los va repartiendo, a todos, menos a mí. Yo me despierto con la rara sensación de que ni me ha visto. Este sueño difiere de los otros que tengo porque no salen portales a otros mundos, ni famosos en batín. El famoso en cuestión suele ser Jason Statham, para que nos vamos a engañar. El caso es que me despierto siempre con la frase preparada para increpar a Murakami y preguntarle, por qué soy la única a que se queda sin café. Pero él, ya se ha ido, al sueño de otro supongo.
Pues lo que són las cosas, que estaba yo pensando en esa sensación de encontrar la palabra correcta cuando alguien ya no está, y hace nada, leyendo un comic me entero que a esa situación se le llama, “L’esprit d’escalier”. No sé si hay alguna frase que lo explique en castellano, tendré que enterarme.
Cambiemos de tema, ya es mi época preferida del año, la pre-navidad. Incluye el Black Friday con descuentos en las tiendas, lucecitas en los árboles y personas que empiezan a quejarse de lo hipócrita que se vuelve la gente en estas fechas. También incluye el anuncio de la lotería, a estas alturas imagino que todos habréis visto al pobre Justino en la fábrica de maniquíes. ¿Soy la única que piensa que a la mañana siguiente habrá que ordenarlos? Seguro que sí. Pero me gusta más que el del año pasado, eso sí.
Y como los cielos estan grises vamos a pillar manta y sofá, y peli, por supuesto. Hace nada vi “Sólo los amantes sobreviven” de Jim Jarmush. Lejos de ser una historia de vampiros típica, Jim nos muestra a una pareja muy culta y nos habla de la vida y de la soledad. Recomendable. Y por supuesto fui a ver “Spectre” de 007. Ahí estaba yo bostezando y pensando, ¿el Craig era mudo? Y ¿Volverá a quitarse la camiseta?. Lo de mudo es por sus diálogos casi inexistentes, y esa mirada perdida en plan “Ahora no se muy bien que hago aquí, ¡oh una tía buena, voy a tirármela!”. Y lo de la camiseta por la intro. Miradla. Seriously.
Eché en falta más papel para Christoph Waltz, ese magnífico robaescenas que está altamente desaprovechado.

Y hasta aquí mi crítica. Voy a por un café. Dejaré uno pagado a ver si Murakami esta noche me lo trae. Sed buenos, felices y por favor disfrutad de la prenavidad sin quejaros. 

viernes, 6 de noviembre de 2015

Mi gran noche escarlata, la visita a Cuenca y lata65, no, no hablo de nada más.

Según Darwin, no es la especie más fuerte la que sobrevive, sino la que se adapta mejor a los cambios. No sé si el ser humano tiene ese tipo de habilidad, pero muchas personas, sí. Por ejemplo, sin hablar de grandes gestos, veo por los posts de Facebook que Alex O’Doherty se equivoca de tren y tiene que bajar en Cuenca, para esperar a otro Ave  que le traiga de vuelta e ir a Valencia. El hombre se va de paseo, cuelga selfies y fotos y estoy segura que lo disfruta. Me imagino a mí, en la misma situación, abrazada a las rodillas y mirando la maleta, pensando, no tengo tiempo de visitar Cuenca, y voy a perder el próximo tren.
Admiro a la gente que es capaz de vivir cualquier situación, de coger lo bueno de los giros de guión y disfrutarlos. Hago mucho trabajo interior para intentar ser un poco más así y menos controladora. Incluso a veces voy cómoda de copiloto. Es un avance, creedme.
Hablando de adaptarse al cambio, jubilarse puede ser una gran época para probar cosas nuevas, me he enterado de una magnífica iniciativa que ha nacido en Portugal, el proyecto lata 65. Visitad su página de Facebook si podéis: https://es-la.facebook.com/Lata65/ .
Se trata de unos talleres para mayores de 65 dedicados al grafitti. Teoría, o sea que estudian y ellos sí saben quién es Bansky, y práctica, ala, a pintar el mundo de color que falta le hace. He oído que quieren importar esta iniciativa a nuestro territorio, y ojalá vea un día a mis padres armados con botes de pintura spray y una camiseta con el eslogan “No más muros grises”.
Y hoy hablaré de cine, que es viernes. Tres películas. La primera, “La cumbre escarlata”. Yo iba ilusionadilla para pasar un poco de miedo, pero en su lugar me encuentro una historia de amor muy Jane Austen, con unos fantasmas que se deshacen y una historia muy previsible. Lo siento, es así. Los actores lo hacen bién, la fotografía estupenda y además sale Tom Hiddleston y ese señor siempre vale la pena verlo en pantalla grande. Nada más. Guillermo del Toro esperaba más de tí. Venga, id a verla y comentamos.
La segunda, “La visita” de M Night Shyamalan. No voy a decir nada, sólo que igual que en “El sexto sentido”, pillé rápidamente el giro de guión. Pero me regaló unas risas y unos sustos. La recomiendo.
Y la tercera, mi favorita, “Mi gran noche”, de Alex de la Iglesia, obra coral divertidísima a la par que ácida. Con grandes momentos. Claro que todos los actores que salen son fantásticos y así, ya tienen medio camino andado. Pero ver a Raphael tan maligno, que a mí me recordó un poco a Darth Vader, la verdad, fue muy grande. La gente con sentido del humor para reírse de ellos mismos, son escasos y valiosos, hay que cuidarlos. Os dejo el enlace del tráiler, entre las tres el más alegre y musical.

Nada más por hoy, os aconsejo que empecéis vuestro fantástico fin de semana, pintando, viendo películas o lo que más os apetezca, ya luego si queréis, me lo contáis. Sed felices.


EL CREADOR DE DISTOPÍAS

  Tengo un amigo que ama las distopías. Escribe sobre ellas y parece que todo lo analiza con precisión quirúrgica, cuando lo imagino delante...