miércoles, 20 de mayo de 2015

Amor, máquinas inteligentes y frikis...

Esta es una semana en la que caen mitos. Una encuesta descubre que los caballeros ya no las prefieren rubias sino castañas. Que ahora se lleva ser "Fofisano". Y que la cerveza no engorda. ¡Dónde vamos a parar!  
Leo en un artículo que hace 22 años, Arthur Aron, elaboró un test de 36 preguntas, que hechas entre dos desconocidos, hacen que se cree una intimidad tal entre ellos, que se pueden llegar a enamorar. Ahora, Mandy Len Catron, una periodista del New York Times, dice haber comprobado su eficacia.
Las preguntas son de lo más variopintas, y no sé si funcionan o no, pero yo me las he hecho a mi misma y he llegado a la conclusión de que soy encantadora. En serio. Además soy muy partidaria de que uno debe conocerse muy bien a sí mismo antes de enamorarse de otro. Ya me contaréis si alguien se anima a probarlo y le funciona.
Ayer, navegando por internet a altas horas de la noche por culpa del insomnio di con una página que hablaba del “Test de Turing”. Que me despejó un montón, con lo cual hoy me he dormido y me he saltado la primera hora del gym. Otro día buscaré páginas porno a ver si me duermo antes. Alan Turing allá por los 50 dijo que una máquina podía convencer a un ser humano de que era un ser humano. La prueba consiste en un juez situado en una habitación, una máquina y un ser humano en otra. El juez debe descubrir cuál es el ser humano y cuál es la máquina, estándoles a los dos permitido mentir o equivocarse al contestar por escrito las preguntas que el juez les hiciera. La tesis de Turing supone que si ambos jugadores son suficientemente hábiles, el juez no podrá distinguir quién es el ser humano y quién la máquina.
Pues en junio de 2014 una máquina convenció a los jueces que era Eugene Goostman,  un adolescente de 13 años.
He escuchado parte de la transcripción, y puedo decir que algunos de los adolescentes que conozco escriben respuestas mucho peores. Pero lo que me preocupa es que una máquina lograra engañar a un juez. Ahora miro con recelo a mi PC, y me pregunto que estará tramando entre actualización y actualización.
Y para terminar, preparad vuestras camisetas con superhéroes, poned los tarros de galletas en forma de Tardis encima del escritorio y celebremos que el próximo lunes será el día del “orgullo friki”. Toda esta movida, empezó gracias a unos foreros hablando en un hilo del Universo Marvel, en el 2006. Pero si quereis leer la historia, visitad la página www.orgullofriki.com . Los que tienen la suerte de estar en Madrid este fin de semana podran asistir al “Frikimad”. No es mi caso, seguro que acabo en una conversación sobre el coste de la vida, el cinismo de los políticos o de lo difíciles que son los niños hoy en día.
Es lo que tiene ser cuarentona en una capital de provincias, no hay tiendas de cómics, ni gente que entienda la palabra “whovian”, ni que el Capitan Jack es John Barrowman y no Johnny Deep. Pero no me quejo, seguiré intentando desviar conversaciones a mi terreno y "frikizar" a todo el que pueda. 

En fin, sed felices, y aprovechad el tiempo, al fin y al cabo, al final todos somos historias, hagamos una que valga la pena. (Cierto, la frase es de Steve Moffatt). 

jueves, 7 de mayo de 2015

Pues no se me ocurre ningún título para esta entrada...

Hace días que me digo, tendría que escribir algo para el blog. Es por eso que voy mirando las noticias, a ver si me inspiro. Veo una página que dice que el Tribunal de la UE avala la decisión de algunos estados de que los gais no puedan donar sangre. Me quedo muda. Miro la página otra vez, puede que sea una broma de mal gusto. Pues no, es una noticia real.
No se me ocurre ninguna explicación coherente. A lo mejor estoy en un universo paralelo y surrealista. Compruebo la fecha en mi ordenador y  veo que estamos en Mayo del 2015. ¿Seguro que no estamos en el siglo XV?
Yo misma me contesto que no, porque soy rubia, pero hasta yo sé, que en el siglo XV no se puede consultar la fecha en el ordenador.
Sigo con mi teoría del universo paralelo. Leer a Murakami, a veces hace que tenga la mente abierta a estas cosas.
Continúo buscando evidencias. Las encuestas electorales dicen que a pesar de los casos de corrupción, vuelven a ganar los mismos. Clarísimo caso de enajenación mental colectiva.
Leo que Paraguay, prohíbe el aborto a una niña violada de 10 años. Las aportaciones del estado a cultura en Cataluña caen un 80% en los últimos 4 años. Un 90% de los hombres llevan barba. Aunque de eso no me quejo, soy “barbafriendly”. Pero paseas por la calle y parece una película de los 80.
Decido mirar las cosas desde otra perspectiva. Y me dedico a recolectar buenas noticias. Aunque sean más cercanas y no salgan en los periódicos. Lluís y David, serán papás, la semana que viene, y confieso que me emocioné al saberlo. Prometo retrasar mi mensaje diario de buenos días para no despertarlos, porque seguro que les espera más de una noche en vela. Me declaro muy fan del vino Jean Leon 3055, que probé por primera vez el domingo. Quiero visitar la bodega ya. He hecho mi visitilla a la playa, con lo que para mí, ya es verano. He escuchado un fantástico concierto de Jazz en el Palau Maricel. Y cuando miro la cartelera, veo que estamos en una época en que las películas de acción ganan a las románticas. Por fin.
Pero el problema que se me plantea es: ¿Qué hago con las malas noticias? ¿Dónde reclamo? ¿En qué mundo se ve “normal” que un homosexual no pueda donar sangre? ¿La violación de una niña de 10 años? ¿Las guerras religiosas, políticas o económicas? El mundo no se parece en nada al que yo soñaba de pequeña. Y me digo a mi misma que algo hay que hacer para que cambie. Aún no se cómo. Pero sí sé que un pequeño cambio de actitud supone una gran diferencia.

Sed felices. Y esta vez debo añadir que tenéis que ser también conscientes. No puede ser que leamos ciertas noticias y nos quedemos igual, como si fuera una anécdota. Pensad que en el fondo todos somos uno, y callar ante una injusticia, es en realidad, maltratarse a uno mismo.    

EL CREADOR DE DISTOPÍAS

  Tengo un amigo que ama las distopías. Escribe sobre ellas y parece que todo lo analiza con precisión quirúrgica, cuando lo imagino delante...