lunes, 29 de diciembre de 2014

Nuestra lista 2014: Gente, cosas y lugares que molan.

Es fin de año, es momento de hacer listas. Es Navidad, es ese momento especial para mostrar aun más buen rollo vital.
Así que Sofía, Vicenç y LJ nos hemos propuesto hacer una lista de la gente, cosas y los lugares más guay que hemos conocido en 2014. La lista podría ser eterna, pero cada uno de nosotros ha seleccionado tres, que unimos en este post que publicamos, a la vez, en nuestros tres blogs.  
¡Así que pedimos perdón a todos los que no salís en esta lista, también nos moláis! Por cierto, el orden es completamente aleatorio.

#1 el Harlem

Cuando la gente habla de Nueva York se refiere generalmente a Manhatan. Sus rascacielos, los teatros, la Estatua de la Libertad, Central Park, los centros comerciales... a Vicenç le encanta Nueva York (¿y a quien no?). Pero este año, más allá de los rascacielos de la isla, descubrió el fantástico mundo del Harlem. Un barrio vibrante, que rebosa energía, con mucho jazz, tiendas de discos y comida de todas partes (y muy buen té de todos los rincones del mundo). El Harlem no es solo una visita fugaz para escuchar una misa gospel, es un territorio plagado de sorpresas que da un contrapunto fantástico a un viaje típico a la gran ciudad y que es mucho más seguro de lo que los turistas puedan pensar.

Recomendamos: pasear por las calles de Harlem, o por cualquier barrio más allá del centro de las ciudades que habitas o visitas.

#2 Pere Jou
LJ ya sabía de él antes de 2014, es muy fan de su música. Ya lo había visto en vivo, en sus conciertos, pero acabando el año lo ha conocido en persona y nos ha estado dando la brasa con el encuentro desde entonces. LJ ha puesto a Pere Jou en la lista porqué es un groopie muy peligroso, pero no le negaremos el talento musical al chico.
Recomendamos: la música de Quart Primera (el grupo de Pere Jou, que antes que se marche el frio nos traerá nuevo disco) y la música de cualquier autor que te erice la piel.
Enlaces: Web | YouTube | Spotify 

#3 Alex y su clase de Zumba

Sofia es bastante snob. Y por supuesto entre sus gustos figuran cosas que quedarían muy bien sobre papel o en pantalla. Le gusta el jazz, el vino tinto, el cine independiente y los zapatos caros. También tiene un punto sarcástico con el que ataca a todos los clichés que conoce, siendo la mayoría de las veces, ella misma un cliché de manual. Pues quiso la casualidad que después de reírse mucho de las cuarentonas que se dedican a quemar grasa con el zumba, entró un día a la clase de Alex. Y la verdad es que las coreografías no pueden ser más ridículas y la música no puede ser peor, aunque quemes calorías, eso no se puede negar. Pues resulta que le encantó. Y cada miércoles, si el trabajo se lo permite, a las 19,30 se enfunda en sus mallas y se va a bailar, llegando al ridículo punto en que alguna vez incluso tararea alguna de las bizarras canciones.

Recomendamos: Hacer algo que nunca pensaste que te gustaría. Como la clase de Alex.

#4 Edimburgo
“Una tarde en Edimburgo y entiendes el universo de Harry Potter”. Qué sí, LJ, que te encantó la ciudad y tu viaje por Escocia. El chico admira una ciudad donde los fantasmas son tan reales como los gaiteros, qué le haremos. Si alguna vez perdemos a LJ en verano lo iremos a buscar por las calles de la ciudad vieja de Edimburgo, en alguno de sus cementerios (sólo si es de día, de noche no, que salen los espíritus).
Recomendamos: callejear Edimburgo o dejarte llevar por la magia de cualquier otra ciudad (pero magia en sentido literal, nada de simbolismos de novela rosa).

#5 Julio Municio

Cuando alguien te dice que quiere presentarte a su pareja, ya empiezas a temblar. Porque esperas que te caiga bien, porque resulta que piensas que si no te gusta, vuestra relación está condenada a cambiar. Si ese alguien es una persona a quien quieres y con quien cuentas en muchos de los momentos de tu vida, ese miedo crece.  Sofia, tenía un run run en el estómago cada vez que le hablaban de Julio. En cuanto lo conoció ya sabía muchas cosas de él. La primera vez que se vieron, Sofia tuvo un flechazo. Julio es alguien que contagia alegría, se ve optimista, divertido y culto. De esa gente que ilumina la habitación en cuanto entra. Ahora sus amigos se han prometido y Sofia espera que Julio, aunque sea a través del teléfono, whatsapp o redes sociales, por cuestiones de distancia, esté presente durante mucho tiempo en su vida.
El bonus de este chico es que escribe un blog, dedicado al arte y a la cultura china. Y para mejorar vuestro día, podéis entrar a leer alguno de sus interesantes posts.

Recomendamos: WoW.
Enlaces: Blog | Twitter

#6 la Nata portuguesa y la gastronomía lusa en general

Existen dos edades para viajar: la pobre y la menos pobre. Cuando eres más jovencito (y más pobre) comes muchos bocadillos y mucha comida basura. Es un modo fácil de controlar el presupuesto. Por eso Vicenç, cuando volvió a Portugal y se dijo “esta vez voy a comer de verdad” descubrió que la gastronomía del país vecino es impresionante. Portugal es la cuna de los mejores platos de bacalao del mundo, hacen que comer pescado sea mejor que una pizza (y eso para los amantes de la pizza es mucho decir) y lo que es mejor, en cualquier calle de Lisboa puedes comprar natas. Ese dulce (que a pesar de su nombre no tiene nata, contiene crema, ¡y qué crema!)que te cambia la vida por completo ya que se convierte en una referencia en tu escalera de valores. Ahora las cosas son casi tan buenas o tan buenas como una nata portuguesa.

Recomendamos: no ser tan rata y comer comida local cuando uno viaja; más si es en Portugal. Y claro, ¡probar las natas si aún no se ha hecho!

#7 Shakespeare and Company

La mítica librería, actualmente emplazada en el distrito V de París. Especializada en libros británicos y americanos, casi todos en lengua inglesa, es un rincón especial que ningún viajero, y por supuesto ningún turista debe perderse. Tiene una historia muy interesante, seguramente parte leyenda parte realidad. Hay que googlearla y conocerla. Si tenéis la suerte de visitar París, entrad como hizo Sofia, y deambulad entre sus ediciones antiguas, oled los libros, sentaos al piano del piso de arriba y tocad algo, o bien escuchad a quien toca. Empezad un libro, saludad a los otros clientes, sentados en el pequeño escritorio y dejad una nota para futuros visitantes.
Volveréis a casa con la sensación de haber conocido un lugar especial, de esos que se te quedan pegados muy dentro del alma, y que cuando los recuerdas, te hacen sonreír.

Recomendamos  Shakespeare and Co (37, Rue de la Bucherie, Paris distrito 5º)
Enlaces: Web

#8 Joey Foster Ellis

Un artista americano, formado en China y afincado en Doha. No se trata de un acertijo, es la forma más fácil de describir a Joey Ellis. Un escultor, conservador y algunas cosas más, y sobre todo, un tipo genial al que Vicenç tuvo la suerte de conocer este año. Este escultor y speaker de TED (tenéis que ver más TED talks, todos los que podáis) tiene un estilo único en la combinación de materiales que hace que sus esculturas tengan esa belleza especial de las cosas que te sorprenden. Si bien no es fácil adquirir obra suya (tiene esa tendencia a cosas grandes y caras que son más para museos que para hogares) Merece la pena conocer su trabajo y como no, a él mismo.

Recomendamos: a Joey Ellis
Enlaces: Web | Twitter  

#9 Pau Varela
O el chico de la barba aficionado a tuits polémicos y con un gran talento literario. LJ no lo conoce en persona, pero es raro, porque el karma ha tejido unas cuantas casualidades en sus vidas, con las que ahora no os aburriremos (porqué LJ es muy peliculero). Pau este año ha publicado su primera novela, Pandora Despierta, y LJ no nos dejará publicar esto si no os invitamos a comprarla.
Recomendamos: Pandora Despierta y que os dejéis seducir también por el talento de los escritores que aún no pueden entrar en los grandes circuitos.


viernes, 12 de diciembre de 2014

Feliz Navidad y esas cosas...

Voy a ponerme un poco ñoña. Y tengo todo el derecho del mundo. Algo en las luces de los escaparates, en los brindis con amigos, en los mensajes de whatsapp a cualquier hora, en la cercanía de las rebajas… sí, algo me dice que éste es un buen momento para ponerme cursi y en plan manual de autoayuda, así que voy a agradecer todo lo que me ha pasado este año.
Dice Steve Moffat, (¿qué sería mi entrada en el blog si no tuvierais que googlear ningún nombre?) que todos estamos hechos de historias. Pues de este año, me quedo con las historias de las personas. Los momentos que he compartido con cada uno de vosotros y que me han hecho un poco más feliz.
Porque chicos, si no estáis, nada de esto tiene sentido. Me encantaría brindar en directo con cada uno de vosotros, pero sea por agenda o por geografía sé que es imposible. Así que pienso dedicaros cada momento de mis prontas vacaciones en las que sea feliz.
Cada canción que me guste, cada libro que me traslade lejos, cada línea que escriba, va dedicada a todos los que cada mes le dais un click al “Trastero” y os leéis con más o menos sentido del humor todo lo que escribo.
Y como no podía ser de otro modo, voy a terminar el post con mi lista de buenos propósitos.
Como ya hablo inglés, voy al gimnasio y he adelgazado un montón, voy a ahorrarme chorradas y hacer propósitos reales.
1. Contar hasta 10 antes de mandar a la mierda a alguien. (Que poco me ha durado eso de ser cursi). Y mandar más a la mierda a quien lo merezca.
2. Ser empática…con los que son empáticos conmigo. Para los demás, lo siento, hasta aquí hemos llegado.
3. Acabar la novela. Sí, para verano ya estará. Así que puedo dedicar mis vacaciones al puerta a puerta con cada editor que encuentre.
4. Que me toque la lotería. Va Karma, te perdono muchas cosas, pero este año ya me toca.
5. Viajar más. Porque a veces es bueno poner las cosas en perspectiva.

Podría seguir escribiendo cosas. Pero cumplir estas me va a costar mucho, así que me planto aquí.

Quiero dedicar este post, me temo que será el último del año, aunque quien sabe… a todos los que trabajan en fiestas. Tiendas, mercados, ocio, bares y hostelería en general. Del último gremio conozco a bastantes, así que brindo por vosotros.

Pasad una muy Feliz Navidad y tened un año 2015 tan bueno como hayáis deseado.
Besos y un abrazo fuerte, con achuchón incluido.



miércoles, 26 de noviembre de 2014

Black Friday, luces navideñas y anuncios buenos...

Después de “Acción de gracias” empieza la campaña pre Navideña. Para mí, mucho más agradable que la misma Navidad. Y os preguntaréis por qué, bueno, o no, pero lo voy a decir igualmente.
La campaña pre fiestas se inaugura oficialmente en Estados Unidos, que es quien manda sobre tendencias, con el “Black Friday”.(No me abucheéis mientras me estáis leyendo desde vuestros Iphones o bebiendo Coca-Cola).
El viernes negro, es un día de rebajas especiales, donde la gente aprovecha para comprar los regalos de Navidad, al día siguiente de Acción de Gracias. Día que aquí no celebramos, pero que conocemos sobradamente gracias a “Friends” y a películas americanas.
La pre navidad me encanta por eso del deseo y las expectativas. Y yo soy muy de eso. Me encanta la preparación. A veces más que el mismo momento. Comprar regalos, salir y ver lucecitas por todos lados y tener excusas para comer chocolate y beber cava. Se ha criticado mucho la hipocresía de esta celebración, la gente que te felicita pero que durante el año no te dice nada aunque te pise por la calle. Baahhh… no importa, lo que importa es que te gritan “Felices fiestas” desde el otro lado de acera, a pleno pulmón, como si de verdad les importara que lo pasaras bien esos días, y eso, pues mira tú, es un detalle.
¿Qué haré por mi campaña pre-navideña? Pues ir a ver a Woody Allen al cine,que parece que estrena película, esta vez con Colin Firth, que siempre es una buena idea. Pasar una tarde viendo “Love Actually”, quejaos lo que queráis, a mi me encanta, es de las únicas cursis y romanticonas que soporto. Ver “Que bello es vivir”, lo bonito es ir siguiéndola cada año para ver en qué canal y a qué hora la ponen. Hacer una maratoniana preparación de spinning y abdominales para que me quepa más turrón. Enviar una felicitación, seguramente vía mail a mis amigos. Escuchar villancicos en el coche y cantarlos, mi favorito “Merry Christmas baby” de B.B King, buscadla, en serio.
Y a escuchar divertida, a todos aquellos que me encuentre que se quejan de la Navidad pero luego van de culo por San Valentín a comprar algo para sus parejas.  En serio, me caéis mal.
Y para terminar esta entrada, acabaré con un anuncio que me hizo llorar y mucho, así que después de la fama de “corazón de hielo” que me gané con el anterior post, os haré llorar un poco. Lo ví a las 6 de la mañana antes de ir al gimnasio, y cuando llegué justifiqué mi rojez de nariz y ojos a un inventado resfriado. Se trata del anuncio de los supermercados británicos Sainsbury 2014/15. Por cierto, así empezó la tradición de “Alto al fuego navideño”, así que está basado en una historia real. Os dejo el enlace. Disfrutadlo.


jueves, 13 de noviembre de 2014

Si el premio es compartir...



Bueno, inauguramos temporada navideña con el anuncio de la lotería. Aún estoy pensando si el publicista del año pasado es un listillo que sabía que todo Dios se chotearía de los cantantes, y eso cuenta como publicidad, o si detrás de la Caballé y Raphael había un intento de contactar vía Ouija con el generalísimo. Porque yo al terminar el anuncio esperaba oír al abuelo de “La gran familia” gritando “Chenchoooooo”. En serio, después de verlo, miré fijamente mi Smartphone de última generación para asegurarme que funcionaba.
Vale, no es última generación, pero se me entiende.
Pues este año, los publicistas se reunieron y pensaron, con este sí, acertamos. Vamos a tocar la fibra sensible del personal.
Me ponen a un señor con cara de “la he cagado, pero bien”. Que está así, porque no ha comprado lotería del bar donde va siempre, y resulta que ha tocado. Los motivos de no haberla comprado, (no se si se ven en una versión más larga que la que yo he visto), intuyo que son los recortes caseros a los que nos vemos todos sometidos.
Hasta aquí la parte real del anuncio. Si lo hubiera dirigido Almodóvar, saldría la mujer que sería Rossy de Palma, gritando, “Desgraciado, que no haces nada bien, inútil más que inútil…”. Pero resulta que lo ha dirigido el mismo que dirige las películas navideñas que echan a partir de noviembre en las sobremesas de A3, y claro, la mujer comprensiva, le abraza y le dice que no pasa nada. Que baje al bar a felicitar a su amigo. Un poco de mala leche allí, sí que veo.
El hombre va al bar, con una musiquita acorde con su ánimo. Si hubieran puesto la sintonía de “Benny Hill” seguro que no nos da la misma penita. Y allí todos celebrando. Se pide un café, y felicita al dueño. Al pagar el café, el dueño le dice que son 21 euros. Porque resulta que le ha guardado un décimo. Y aquí  la música sube, todos lloran, y la frase del año: “El premio es compartir”.
Ayer un amigo me dijo que lo había visto y se había puesto de mala leche. Yo le dije que tenía el día hormonal y que esperaba a verlo porque seguro que lloraría, que yo soy  muy de llorar.
Pues Lluís, yo también me he puesto de mala leche.
Siento decir que echo de menos al calvo de la lotería. Y que estoy segura de que con mis compañeros creativos, bordamos un anuncio mucho mejor que éste para el año que viene. Venga, que el nivel está bajito, yo creo que nos lo compran.
Pero vosotros, miradlo y opinad, que para gustos los colores.  
En fin, ésta ha sido una entrada monotemática, y de carácter especial, pero vuelvo pronto con otra entrada más amena.
Y recordad, que si el premio es compartir, os podéis premiar compartiendo este blog. Con lo bonico que es.

Besos, y sed buenos.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Once again, with feeling...

I love Paris in the springtime, pero en su defecto I love Paris any time, of the year, como en la canción de Cole Porter.
Pues ya he vuelto. Unos días en la capital francesa caminando sin parar, comiendo crepes callejeros y tomando Kir en las terracitas.
Un placer, vamos.
Para mantener la tradición, empecé mi viaje en el aeropuerto de Barcelona donde una trabajadora aburrida me cacheó de arriba abajo. Y yo ahí, con los brazos extendidos, mientras los pasajeros me miraban y decían, pues no se ve peligrosa y hay que ver que tipín se le ha quedado con tanto spinning y cardioboxing. Bueno no lo decían, pero lo pensaban, seguro.
Al llegar al Charles DeGaulle, me sorprendió el wifi gratis, lo bien indicadísimo que está todo y la sangre fría de los franceses. Para salir del aeropuerto nos hicieron esperar sin ningún tipo de explicación, a un extremo y otro del pasillo unos señores vestidos de militar con metralleta en mano. Yo, como buena impaciente latina, empecé a inquietarme, pero la gente miraba su móvil o leía su periódico sin armar ruido. Paciencia francesa. Después pasamos y nada de empujones, la gente te cedía su paso a la escalera mecánica y te ayudaba si no podías con la maleta.

De París me encanta casi todo. Voy a ser rápida. Museo de l’Orangerie, para disfrutar de los nenúfares de Monet. El Pompidou. Sí, por favor. Yo, que no entiendo demasiado de arte moderno, tuve una especie de experiencia mística. Iba a entrar sólo a ver una exposición de Frank Gehry de arquitectura, pero con la entrada podías entrar a ver el museo. Y claro, ya que estaba, entré. Pues me pasó que me abrió la mente. Y me dejo con ganas de más.
El museo Picasso, después de cinco años de obras, reabrió el sábado sus puertas, a lo grande y fui de las primeras, entre las casi 10.000 personas que pasaron ese día por ahí. Muy, muy recomendable.
Si la ciudad tuviera banda sonora sería, sin ninguna duda, jazz. Yo estuve en alguno de los conciertos del ciclo “Jazz sur Siene” pero cualquier día en cualquier momento tienes la oportunidad de escuchar buena música.
Shakespeare and Co. Rincón encantador. Librería de libros antiguos y modernos, en lengua inglesa. Puedes entrar y leer gratis o puedes comprar. Cuando yo fui, un señor llegó y se puso a tocar el piano, puedes sentarte y escribir algo para los desconocidos. Un verdadero masaje para los sentidos. 
Y vamos a Versalles. Tú, entras con la ilusión de que te vas a trasladar por un ratito a los tiempos de Maria Antonieta. Pero me trasladó, a una cola en PortAventura. No puedes visitar casi nada. Y la sala de los espejos, es enorme, pero llena de gente haciendo selfies. Yo aconsejo ir a la Planta 1 del Louvre donde puedes encontrar los muebles y algunos de los cuadros originales que deberían estar en Versalles. De las fuentes, no sé qué decir, creo que me decepcioné por las expectativas que tenía. Los jardines son grandes, eso sí.
Como no era mi primera visita a la ciudad, me pude permitir un poco de callejeo sinsentido, ese que te lleva de un lado a otro, donde en cada esquina hay una obra de arte, o un vendedor de pulseras ilegal, para que nos vamos a engañar, pero como todo es del color del que lo mires, yo decidí ponerme las gafas de cristal rosa.
Por cierto, a la vuelta me tocó el registro aleatorio, me prometieron que era aleatorio, pero creo que hay una foto mía rondando por los aeropuertos, y debajo pone “Peligrosa” o “Fácil”, aún no lo he descubierto.
Cierro esta entrada de blog, y cierro un año más. Mañana, es mi cumple. Cumplo en experiencias y buenos momentos, olvidemos la edad, que sólo es un número impertinente.
Por cierto, flores, bombones y felicitaciones varias serán bien recibidas, como siempre. Además, fingiré que no os he avisado antes, como cada año.
Besos para todos. Y sed un poco más felices, que el tiempo vuela.



miércoles, 1 de octubre de 2014

Machos Alfa, París y Teorías cuánticas...

Cosillas que he ido leyendo estos últimos días: Según una encuesta realizada en Inglaterra creo, un 74% de las mujeres prefiere a los hombres con barriga antes que a los caballeros con abdominales marcadas. Machos alfa del mundo, id quemando vuestros carnets de gimnasio y tomaos unas cañas con tapa. Según la encuesta, las mujeres piensan que un hombre preocupado por su físico es de trato difícil, aburrido y además las hace sentirse inseguras con su propio físico.
Hagamos una pausa para pensar. A ver, que me parece estupendo todo eso de la belleza interior, pero no nos pasemos. Que el cuerpo perfecto de tu pareja te haga sentir insegura… pues tienes un problema. Y eso de los guapos aburridos, que queréis que os diga, me vienen a la cabeza unos cuantos machos beta  bastante leñazos. Pero como sobre gustos no hay disputas, que cada uno haga lo que quiera. Yo programaré un viaje a Londres para ligar con los machos alfa deprimidos porque no triunfan.
Bueno, más cosas. Hartita estoy ya de las fotos en instagram y twitter saludando al otoño, dejemos de ser tan teletubbies por favor. Aunque este año, en Octubre un poquito antes de mi cumple, me largo a París unos días. Y ahora estoy en pleno proceso pre-viaje, eso de hacer lista de que quiero ver, que zapatos ponerme e intentar ignorar que subiré a un avión. Aunque me encantan los aeropuertos, no me gustan los aviones. Intento engañar a mi mente cobarde convenciéndola que subo a una caja mágica que me llevará donde quiera. Y así me quedo más tranquila.
Como estos días ha llovido, he tenido que refugiarme en el cine. Dos pelis recomendadas, “La gran seducción”, que os recordará un poco a “Dr. en Alaska”, y contra todo pronóstico una de romántica, “Reencontrar el amor”. Esta última, me tuvo con una sonrisa idiota durante todo el rato. Y no es nada cursi. Lo prometo. Mezcla el azar, la física cuántica y esa estraña sensación de cuando conoces a alguien con quien conectas inmediatamente. Apta para cuarentones. Comentamos con mi hermana, que últimamente la física cuántica y los universos paralelos se han puesto de moda entre la gente de nuestra edad. Puede que sea porque es una época en que miramos atrás y nos preguntamos qué hubiera sido de nuestra vida si hubiéramos elegido caminos distintos.

Ahí os dejo la reflexión. Pasad un buen Octubre y sed felices.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Luc Besson, "Spa mental" y ahora sonríe que te están hablando...

Vamos directos al desastre. Nos falta tiempo. A veces me siento como el conejo del reloj, en el cuento de Alicia. Me di cuenta ayer, cuando estaba jugando al Candy Crush Saga, nivel 191, viendo el nuevo episodio del Doctor Who y teniendo tres conversaciones distintas por Whatsapp. Al ser rubia, no hice bien ninguna de esas cosas. No he pasado al nivel 192, mandé mensajes equivocados (aunque quien me conoce sabe que eso me pasa a menudo), y tuve que volver a ver el episodio de Dr. Who, porque no me enteré de nada.
Así que, puse el mundo en pausa, y me puse a pensar. ¿Realmente estaba disfrutando o quemando el tiempo? ¿Tengo un déficit de atención tan grande que mi mente no puede concentrarse en una sola cosa? y lo más importante ¿por qué no escuchas a la persona que te está hablando y piensas en todo esto después, cuando estés sola?
Disimulé como pude y volví a la conversación, por suerte, mi interlocutor era una persona tan egocéntrica que no se dio cuenta de mi ejercicio de “spa mental”.
A veces va bien quedar con este tipo de gente que siempre te cuenta lo mismo porque puedes desconectar y pensar en tus cosas. Pero no lo hagáis, que eso es muy de villano de cómic, y además, si no lo hacéis bien, os pueden pillar.
A lo que íbamos. Parece que la necesidad de disfrutar del momento, nos impulsa a no disfrutar de nada realmente. Mi teoría es que eso pasa en verano. Queremos aprovecharlo tanto que tenemos que hacerlo todo muy rápido, para después poder contar que lo hemos hecho.
Por suerte viene a nuestro rescate el otoño, con el cambio de color de las hojas, los jerséis escotados nuevos que pienso comprarme, y mi cumpleaños, (sí, aquí empieza mi campaña de: hay que felicitarme, porque cumplo taitantos el mes que viene, pero sólo aparento de 32).
Vamos a por recomendaciones para el otoño. 
Hay que ir al cine y ver “Lucy”, Scarlett Johanson con un acertadísimo peinado que se parece mucho al mío, se vuelve superlista y nos enseña que no nos fiemos de la gente que lleva sombreros vaqueros fuera de Tejas, ni de la mafia tailandesa, ah, y también que Morgan Freeman es muy grande, como siempre. No voy a contar nada, porque me encantó y porque Luc Besson, se merece que paguemos una entrada.
Hay que  hacer una excursión para ver los colores del otoño. Por cercanía, cariño y porque lo conozco yo recomiendo el Pirineo de Lleida, pero si no tenéis mi suerte, vedlos donde podáis. Los colores de otoño, tienen el poder de cargarte las pilas y llenarte los ojos de tanta belleza que son un bálsamo para los días en los que la realidad, se porta como una fulana.
Hay que volver al gimnasio y sudar todas las cañas del verano. Y además hacerlo con la frente muy alta, en plan, no estoy naaaada cansada. 
Hay que empezar una libreta de deseos realizables. Porque otoño es una buena estación para estrenar libretas, y porque si tenemos una lista de deseos y propósitos seguro que no se nos olvidan.
Y para frenar esa sensación del tiempo que pasa y se escapa, vamos a detenernos y preguntarnos, ¿realmente tengo ganas de hacer esto? Si es que no, no lo hagáis, la vida es muy corta para perder el tiempo en cosas que no os gustan.

De verdad, si logro recordar todo lo que he pensado este rato, lo escribo en el blog. Ahora mismo, sonrío y vuelvo a la conversación que no me importa nada, para aparentar que sí. Y mañana mismo me aplico mis consejos. 
Feliz final de verano

lunes, 11 de agosto de 2014

Que la vida es sólo cine y los sueños cine son...

Hoy nos vamos al cine. Nos refugiamos de los calores de agosto con una  entrada al escapismo total del aire acondicionado y la sala a oscuras. 
Empezamos con una precuela. Seguro que todos recordáis eso de "Yo os maldigoooo" a los pies de la estatua de la libertad medio enterrada en una playa. En efecto Charlton Heston,  el mito erótico de mi abuela,  arrodillado en la arena maldecía a una humanidad que había acabado con el mundo tal y como lo conocemos.  Mira, como en la canción de R.E.M.
Pues después de "El origen del planeta de los Simios" que nos llegó  hace unos años, este verano volví a ver a César, el simio más entrañable de la saga, en la muy recomendable "El amanecer del planeta de los simios".
Hay que verla. Ya tardáis. No voy a hacer spoilers que dan rabia, solo decir que hay escenas que te ponen la piel de gallina, y que a mí me hacen sobrevivir en el bosque y duro menos que la batería de un smartphone.

Y dejamos el cine de multisala, para entrar en un cine pequeño, de esos donde no te da vergüenza ir sola, porque es muy de hipster y muy cool. Donde echan pelis de autor, de esas donde un niño vuela una cometa y simboliza la fragilidad de la vida y el destino. Pero esta vez pasamos de dramas y entramos a una "Barbacoa con amigos". Comedia francesa. Que hay que reconocer que cuando los franceses quieren hacernos reír lo hacen muy bien. La crisis de los 50 de Lambert Wilson, que sigue siendo un seductor y se come la pantalla. Allí analicé las relaciones con mis amigos y me identifiqué con más de una situación. Esta comedia la dirige Eric Lavaine. Pongo el nombre para que parezca que soy muy culta y se mucho de cine, pero entre nosotros, no lo conozco de nada.

Este verano también he descubierto que Josh Radnor, (el cansino Ted de "Cómo conocí a vuestra madre"), se dedica a escribir, actuar y dirigir. Y con bastante maña, hay que reconocerlo. Primero vi la encantadora "Happythankyoumoreplease" dicho así todo junto  y después "Liberal Arts", que alguien multe al traductor del título a quien no sé porqué, se le ocurrió la original y rebuscada frase: "Amor y letras".

Y ahora, nos sentamos en el sofá del rincón retro. Sip, en la recién estrenada sección cine de antes, de ese que nos cuenta cosas. Voy a recomendaros la fantástica, rica, llena de detalles, de dobles sentidos y divertidísima "Bienvenido Mr. Marshall". Aviso, es en blanco y negro. Y la dirige Berlanga. Va, que no os de pereza. Os prometo que os vais a reír. Hace nada, escuché por la radio el programa "Videodrome" de Radio 3, dedicado a esta pequeña joya del cine.  Os podéis descargar el podcast en la web que es gratis, o bien escuharlo directamente. Os pongo el enlace más abajo.


Nada más por hoy. Espero que acabéis de pasar un verano de película. Donde seáis los protagonistas absolutos, y si puede ser, que sea una comedia, eso sí de las que tienen final feliz. Besos.

http://www.rtve.es/alacarta/audios/videodrome/videodrome-bienvenido-mr-04-11-12/1567216/

lunes, 28 de julio de 2014

Martes, ni te cases ni...

Cuando era pequeña, la gente se casaba. Y yo, siempre repetía la misma pregunta: ¿Y donde vais de viaje?
A medida que iba creciendo, mis preguntas eran más específicas: ¿Qué vais a visitar? ¿El Met? ¿Las pirámides? ¿El Louvre? ¿La muralla China?
Crecí en los setenta, cuando la gente no viajaba demasiado, sólo la hija del médico en sus redacciones de “Qué hice en vacaciones” explicaba sus cruceros por el Luxor, y yo llegaba a casa y le preguntaba a mi abuela (pobre mujer) qué era el Luxor. Y por qué no íbamos allí alguna vez.
Mis primeros viajes por el mundo fueron a través de los ciclos de películas de la 2. Después leyendo libros y al final por las series de la tele.
Para mí, el sentido de una boda era la luna de miel.
Notaréis mi falta de atención a estas fiestas. Nunca he entendido demasiado eso que querer hacer una celebración, vestirte con un traje diseñado sólo para hacer fotos, comer al lado de personas con las que no tienes demasiada relación y al salir decir, “Todo estupendo, feliz viaje, que vestido tan bonito el de la novia”.

Pero resulta que mañana voy a una boda que me hace mucha, mucha ilusión. Primero, es en Martes, así desafiando los tópicos. La novia, mi mejor amiga, irá en tejanos, y aún no estoy segura de dónde será la luna de miel. Seremos cuatro, los novios y los testimonios. Y por la mañana, trabajaré.
Ese toque de normalidad, me encanta. Me demuestra una vez más, que lejos de los grandes gestos, en la vida, la felicidad se encuentra en los pequeños momentos. Y sobre todo, con la gente a la que quieres. 
Esta entrada, un poco distinta, está dedicada a ellos. Les deseo, un largo camino de risas, que fabriquen los mejores recuerdos, que se peleen y hagan las paces, que se echen de menos cuando estén lejos, que tengan suerte en todo lo que se propongan, y sobre todo que nunca se aburran.
Hago extensivo mi deseo a todos los que estáis leyendo esto.
En la próxima entrada, os hablo de cine. Lo prometo.


jueves, 12 de junio de 2014

Esos días perfectos.

Hay días en que todo sale bien. Es una forma que tiene el universo para decirte: eiii, que no soy tan hijoputilla como piensas.
El viernes pasado fue uno de esos días. Desde que me puse encima de la báscula del cuarto de baño y vi la cifra que hacía seis meses esperaba ver, hasta la madrugada en que volví al apartamento haciendo eses, todo fue perfecto.
Fui de fin de semana a la playa y nada más llegar, encuentro aparcamiento a la puerta del hotel, nos hacen un “upgrade” y pasamos a tener un apartamento con la piscina en el jardín. He decidido que quiero una casa con piscina. Eso de levantarse y pasar del pijama al bikini es una gozada. Voy a un concierto dispuesta a pagar entrada y me dicen que ese día es gratis. Yo sospecho que la música será mala, por eso de que hay que pagar el karma del día. Pero empieza a sonar y resulta que es buena, Dixie de Nueva Orleans. La única cerveza del bar es mi preferida. Y paso una de las mejores noches que recuerdo.
A veces todo sucede así de fácil. Deja de llover. Te entran mensajes en el móvil de alguien que hace tiempo no sabías nada. Terminas un libro perfecto y empiezas otro que pinta mejor. No paras de sonreír. Y sólo falta una banda sonora y títulos de crédito para redondear la sensación de que todo está en armonía.
¿Qué pasa el día después? Pues que todo sigue igual de bien. Porque has subido a ese tren de ventanas amplias que te permite disfrutar del paisaje. Que te tomas las cosas de buen humor. Aunque te baje la regla un día de playa. Aunque seguramente los helados y la cerveza hacen que la cifra del viernes pasado sea sólo un buen recuerdo. Pero entonces te das cuenta de que la suerte, muchas veces es cuestión de actitud. No es lo que te pasa, sino como te tomas lo que te ocurre.
Empieza el verano en 3,2,1… y os quiero mandar mis mejores deseos para que lo paséis como nunca. Disfrutad de donde estéis: playa, ciudad o montaña. Buscad gente nueva o quedad con amigos de siempre. Id a conciertos y cantad a voz de grito, aunque el vocalista se empeñe en equivocarse.
Haced algo que os de miedo. Dadme noticias vuestras. Sentaos en un café e inventad historias de los que pasan por delante. Y disfrutad de los días que vienen.

Yo supongo que seguiré escribiendo durante los meses de calor. Pero por si no nos vemos, sed felices y buen verano.

viernes, 30 de mayo de 2014

Misterio resuelto...

Hace unos días salió la noticia. Sí señor, que Hollywood tire a la basura todos los guiones que tiene en el cajón sobre el misterioso triángulo de las Bermudas.
Unos investigadores de Bolonia, se han dedicado a esclarecer uno de los misterios más arraigados en la imaginación colectiva desde hace décadas.
Se ve que la culpa es de una anomalía en el “Cinturón de Van Allen”, un anillo solar situado encima de la tierra.
Vamos que las luces extrañas, y los aparatos tecnológicos que funcionan mal, no son cosas de los magos.
Pues me niego a creerlo. Hace unos años unos australianos descifraron el misterio del triángulo y dijeron que era culpa de la densidad del agua y de bancos de hidratos de metano. Por supuesto, no tengo ni idea de lo que estoy escribiendo, quiero decir que si unos científicos me dijeran que bajo el triángulo, están Charlie y la fábrica de chocolate, entendería lo mismo.

Seriedad por favor. Los señores científicos que se dediquen a investigar cosas acordes con nuestro tiempo. Se está acercando 2015 y no veo por ningún lado los patinetes voladores de “Regreso al futuro II”. O la tele-transportación, por ejemplo. Con el miedo que me dan a mí los aviones, aunque no pasen encima del triángulo y sólo sobrevuelen los Pirineos.

De todas las teorías sobre el triángulo me quedo con la del “agujero de gusano”.
Eso de un agujero que te transporta por el espacio-tiempo, es tan de “Tardis” y Dr. Who, que no puedo más que adorar esta opción.
Además ¿qué me dicen de los barcos encontrados sin pasajeros, pero con la mesa puesta? ¿Y de los mensajes de radio de otros tiempos? ¿Y los aviones que se desvanecen en la nada?
Puro misterio poético.

Al hacerte mayor, caen muchos mitos. Dejas de creer en muchas cosas, por ejemplo que las rayas verticales adelgazan o que está bien ir a ver cine de autor, porque te llena intelectualmente.
Y después ves que lo que adelgaza es no comer fritos e ir al gimnasio. Y que el cine de autor, (muchas veces), es un coñazo.

Pero te quedan ahí, esos misterios eternos de la vida. ¿Por qué Jordi Hurtado no envejece? ¿Qué era realmente el tapón de “Perdidos”? ¿Por qué sigue ganando el PP las elecciones? Y, ¿si le publican un libro a la Esteban, por qué no a mi?
Así, con esas pequeñas incógnitas quotidianas,el día a día, tiene más encanto. Lo desconocido, las puertas cerradas y las historias de medianoche nos atraen.
Por eso, desde aquí pido a la comunidad científica que vaya un poco más a por la teoría de las cuerdas, los universos paralelos o los robots mayordomo y dejen de chafarnos las películas de sobremesa de domingo.

Pasad buen fin de semana, y a abrigarse, que la primavera viene revueltilla.



miércoles, 7 de mayo de 2014

Cuestión de género

Estoy leyendo mucho últimamente. Tres libros a la vez. Suelo hacerlo así, porque mi teoría es que no siempre estás de humor para leer lo mismo. Claro que tardo el triple en terminarlos. El primero es "1Q84", de Haruki Murakami. Me encanta. En cuanto leo dos líneas me transporta a otro mundo. Vale que al ser japonés, oí decir a alguien que tiene cierta obsesión por la muerte y el sexo; pero su manera de contar las cosas  me abduce totalmente. Y al fin y al cabo la muerte y el sexo son temas perfectamente interesantes.
Hace poco leí, un artículo de un escritor mejicano, donde decía que Murakami era un escritor para mujeres.  Aunque tenía un tono divertido, y me reí bastante, creo que raya la cutrez definir a Murakami, que es un hábil inventor de universos, como un escritor para mujeres.
Cuando me hablan de literatura para mujeres pienso en “Chick-lit”, que creo que empezó con “Mujercitas” y no con “Bridget Jones” como se suele pensar.
Puede que la literatura tenga género. Pero entonces ¿Cuáles son los libros de chicos? 
Una vez un amigo me mandó una foto y tenía encima de la mesa un libro romántico. Y yo me reí de él. Mucho. Y fui un poco cruel. Pero es que era muy malo. ¿Qué cómo lo sé? Pues porque yo acababa de leerlo. Sí señor, tengo un doble rasero. Resulta que al ser una chica tengo todo el derecho del mundo a leer tonterías, pero en cuanto un hombre cuarentón, heterosexual y músico lee eso, yo me río de él.  
Entonces empecé a pensar en las cosas que me gustan, y según mi doble rasero resulta que soy un hombre de cuarenta y pocos, amante de los coches, las Harley Davidson, la tecnología, la Fórmula 1, las películas de acción y el whisky de malta.
Toma ya. Menos mal que mis mitos eróticos son Jason Statham y Ben Stiller, si no, tendría que salir del armario y aprender a ser lesbiana.
Así, que como no me veo con cuerpo de aprender a jugar al billar, ir en moto, y dejarme barba, acabo de decidir que no me importa para nada el género de la literatura. Ni el de la música, la pintura o el cine. Voy a seguir mirando “Sons of Anarchy” mientras me pinto las uñas de los pies. Y no pienso reírme de nadie por leer novela romántica. 
Como dijo Cole Porter, “Live and let live”.

Feliz semana. 

jueves, 24 de abril de 2014

Selfie.

En el instituto,  me mandaron una redacción titulada “Autorretrato”. Como a mí me daba una vergüenza enorme hablar de mí, le di una vuelta al título y expliqué la historia de un autorretrato olvidado en un museo. Saqué muy buena nota.
Pocas veces hablo de mí misma, la verdad es que la gente me pregunta poco. Creo que por eso escribo.
Soy adicta a muchas cosas. Cuando algo me gusta, me encanta. Cuando algo me disgusta, soy la detractora más cruel. Resulta que nací en Octubre, por lo cual soy Escorpio. Cosa que quiere decir que no pienso creer en el horóscopo, pero lo leo. Cosa que quiere decir que si tú, lo lees delante de mí, me haré una rápida idea mental al ver como reaccionas cuando termines de leerlo.
Sí. Tengo tendencia a hacer estereotipos culturales. Todos erróneos por supuesto. Ya que, como dice mi amado Murakami, “nunca te fíes de las apariencias”.
Pero no puedo evitarlo. Siempre que veo a alguien a quien le gusta el cine, me cae bien. Si alguien me habla mucho de política, me cae mal. Si alguien no tiene ni idea de política me cae peor.
Con el tiempo tejemos nuestra personalidad a base de pequeños hábitos que se  convierten en el cemento base de nuestra manera de ser.
Por ejemplo, a mi me gusta el vino tinto. Me gustan los hombres inteligentes. Me gustan los gatos y los perros. Me gusta el cine que me entretiene. Cada vez soporto menos hablar de relaciones, sentimientos o problemas de pareja. No me gusta la gente que no es feliz, o que no sabe cómo serlo. Y si algo aprecio, más que los grandes gestos, son los pequeños. Suelo ser bastante optimista. Y tengo ese sexto sentido que me hace ver cosas que los otros no ven. Antes de que me imaginéis hablando con muertos, quiero aclarar que soy una observadora nata de detalles. Y muchas veces mi clarividencia, no es más que observación atenta. Sí, de pequeña me leí las obras completas de Sherlock Holmes. Y eso, marca.
Volviendo a las apariencias. Vuelvo a ser rubia, por fin. Me gustan los coches. Mucho. Me encantan las conversaciones largas. Y los amores cortos. No soporto las despedidas. Y el paraíso para mí, sería un club de jazz, lleno de humo en blanco y negro. Canto en el coche. Cada vez corro más. Quizá, porque ya no tengo tanto miedo, o a lo mejor es que ya no tengo tanto tiempo, quien sabe lo que nos pasa al hacernos mayores. Y cada vez me gusta menos planificar las cosas.
Algunos me llaman Sofía, Sofi o Sof. A veces firmo con un “S” mis mails. Y sé que a mi "Yo de instituto" le gustaría ver en quien se ha convertido.
Encantada de conoceros.
Bien, señor Alamón de clase de literatura de 2º de BUP, esta es mi redacción.

  

martes, 8 de abril de 2014

Wanderlust, y otras curiosidades...

Siempre que llega el buen tiempo tengo ganas de irme de “roadmovie”. Eso tan generación “Beatnik” de coger el coche y ver donde te lleva la carretera. Los alemanes llaman a ese sentimiento por ver y explorar mundo, “Wanderlust”. Pues sí, esta primavera estoy poseída por el Wanderlust. Algo habrá que idear. Se aceptan propuestas y recomendaciones de rutas.

Esta semana, he oído una palabra que me ha llamado la atención porque la he escuchado en más de tres ocasiones distintas: “Algoritmo”, que queda súper bien si la dejas caer en una conversación. Y todos te miran con cara de: Hay que ver que leída es esta chica, pedante también, pero leída un rato. Pero exactamente ¿Qué es un algoritmo? Pues no deja de ser una serie de pasos organizados que describe el proceso que se debe seguir, para dar solución a un problema específico. O eso dice la wikipedia. 
¿Lo habéis pillado? Yo tampoco. Bueno, hay otras definiciones, pero en resumen para rubias como yo, es una fórmula matemática que te da soluciones a problemas cuotidianos. Se usa mucho. ¿Queréis ir en metro de Palau Reial a Jaume I? Mentalmente buscamos la línea con enlaces más cortos, menos engorrosos y si puede ser con escaleras mecánicas...pues acabamos de utilizar un mini algoritmo. Pero resulta que una investigadora del MIT, ha creado un algoritmo que detecta las risas falsas. En serio, ¿quién paga estos estudios? Y ¿nos serán de útiles para algo? Sé que estáis pensando: ¿Para qué me están contando esto? No sé, yo cuento, tú úsalo como quieras. Pero la próxima vez que busques impresionar a alguien introduce la palabra algoritmo. Ya verás como cae. Fijo, fijo.

Y aparcamos las clases de mates que no vais a utilizar para nada, al menos conscientemente y vamos a los aniversarios. El pasado 5 de Abril, iba yo conduciendo y escuchando la radio y me enteré que hacía 20 años que había muerto Kurt Cobain. En radio 3, hablaron de él. A un nivel que yo no sabría reproducir, pero me dio tanta pena que casi tengo que parar en el arcén y abrazar a alguien. Pero como yo no soy de regodearme mucho en mi pena,  me pregunté, si Kurt viviera ahora, ¿seguiría siendo el rey del grunge? Seguramente ya estaría separado de Courtney Love, no nos engañemos, casarse con esa mujer no fue tu idea más brillante Kurt. Mi teoría es que haría de jurado en algún concurso de la tele, sería escritor de libros de autoayuda, productor de Hollywood, o director "indie". O a lo mejor me equivoco y el grunge y el Seattle Sound seguirían vivos. No, no creo. Como dice Charlie Brown, siempre estoy muy segura de las  cosas opinables.

Os dejo seguir disfrutando de este fantástico mes de Abril, seguro que todos estáis haciendo cosas muy interesantes y tenéis muchos planes para esta Semana Santa. Pues tanto si cuando os vais de viaje escucháis música de almas desgarradas, cantáis a voz de grito “American Pie” igual que hago yo, o tarareáis lo último de PitBull, os deseo que seáis felices, os dejéis seducir por el Wanderlust y exploréis el mundo.
Lo retiro. Los que escuchan Pitbull… en serio, ¿qué estáis haciendo con vuestra vida chicos?

Un abrazo y hasta la próxima. 

miércoles, 26 de marzo de 2014

Clavos de Chejov, viejas películas y café, mucho café.


Hoy voy a divagar un poco.
Hace nada, vi otra vez la película “Amanece que no es poco”. De verdad, esa joya del cine debería ser obligatoria en clase. Surrealista como ella sola, el universo amanecista se llena de personajes muy conscientes de lo que son. Entre los mil diálogos geniales, hay uno que me encanta. Se trata de una escena en que  el párroco (Cassen) y el cabo de la Guardia Civil (Saza), hablan sobre el libre albedrío.
A este detalle vamos a sumarle otro factor que justifica mis divagaciones: acabo de leer la trilogía de Glenn Coopper sobre los escribas (no cuento nada más por si alguien la está leyendo) y me dejó preocupada.  

Como mi cabeza tiene tendencia desconectar de la realidad, me puse a pensar sobre el determinismo versus el libre albedrío.
¿Está todo escrito o nosotros elegimos?
¿Por qué sigo leyendo mi horóscopo si no me creo nada de nada?

Vamos a analizar un recurso cinematográfico: “El clavo de Chejov”, dicen que cuando una película te muestra la escena de un clavo, tarde o temprano van a colgar algo de él. Un cuadro, una chaqueta o una cabeza cortada, eso ya depende de lo que veamos.
En la vida, a veces, pequeñas cosas te llaman la atención, una esquina, una foto, un pastel de crema (sí, sigo de dieta), o una persona. Y luego resulta que cuando ya lo habías olvidado, vuelve a aparecer, en otra circunstancia distinta de la primera vez y le da un sentido a que te fijaras en eso en el pasado. Esto sería un punto a favor del determinismo ¿no?

¿Habéis escuchado el famosísimo discurso de Steve Jobs? Ese tan inspirador, en que afirma que al final sólo hay que unir los puntos. Las pequeñas decisiones han marcado el camino, y a veces, esas pequeñas decisiones son las que diseñan tu vida.
Y este punto se lo doy al libre albedrío.

Lo dejo en empate y me tomo otro café. ¿Otro? Sí, adoro el café. Aunque luego no pueda dormir. Pero hago cosas tan interesantes como ver películas viejas.
Y decido que me paso a la improvisación, a veces, coger una carretera que no sabes dónde te lleva es la mejor receta para ser feliz. Y al final, eso es lo que buscamos todos. Ser un poco más felices.

Disfrutad de la primavera, os dejo enlace a la escena de la película.


martes, 11 de marzo de 2014

"Monuments men", ovejas mecánicas y decisiones que tomar...

Marzo ha venido guerrero, si en la entrada anterior, me quejaba de que Febrero era un mes que no me gustaba para nada, Marzo va haciendo puntos el muy cabrito. Pero vamos a lo que nos ocupa, desde mi última entrada he hecho algo más que quejarme.
He ido al cine, “Monument Men”, punto menos para Clooney, lo siento George, con bigote me recuerdas a Clark Gable (en el mal sentido) y tu película merece que pases un rato en el rincón de pensar y medites sobre el bien y el mal.
La trama prometía, una brigada de hombres que se dedican a rescatar obras de arte secuestradas por los nazis, en la 2ª guerra mundial. Lo que vi, fue una obra menor, digna de ser protagonizada por Ronald Reagan en sus tiempos de actor. Guión acercándose peligrosamente a la cutrez y rusos malísimos, como en las películas de Sábado cine de mi adolescencia.
Un premio para el señor que hizo el tráiler para las salas de cine, que me engañó del todo. Señor, me debe usted 3,90 de la entrada (día del espectador) y dos horas de mi vida.
Siguiendo en el mundo del cine, pero esta vez en formato de radio. Radio 3, tiene buenas ideas. Y esta vez, repasando viejos podcasts he encontrado la versión Radiofónica de “Blade Runner”. La emitieron en directo el 28 de Enero. Pero puedes escuchar o bajar el podcast a tu mp3 en su página web.
Y miscelánea, hace poco, he leído un artículo que decía que las mejores decisiones las tomamos a oscuras. Bien, me posiciono totalmente en contra, yo las tomo en clase de spinning. Pero últimamente, que sólo me encuentro obras en la carretera, la C-1313 está imposible, me he dado cuenta que los atascos, son un gran sitio para pensar en tu vida, tomar tus decisiones e imaginar situaciones fantásticas como en la “Vida Secreta de Walter Mitty”.
Bueno, toméis la decisión que toméis, imaginéis lo que imaginéis, sed felices. Os dejo con la frase de la película de Ben Stiller, en versión original porque se que sois muy leídos y no necesitáis el Google Traductor.  
   
“To see the world, things dangerous to come to, to see behind walls, draw closer, to find each other and to feel.

That is the purpose of LIFE”.

lunes, 17 de febrero de 2014

En el invierno de mi descontento...o algo así.


De todos los meses, el que menos me gusta es Febrero. Es un mes “pocho”, acortado, frío e indeciso. La famosa cuesta de Enero, se ha alargado peligrosamente hasta aquí. Hiela por las mañanas, no hay ni un día de vacaciones, los estudiantes tienen exámenes y además me pone de mal humor.
Pero como soy muy “zen”, no dejo que me gane el mal humor y lucho contra él.
Así que armada de buenas intenciones miro la cartelera de cine. Y después de ignorar a la crítica, decido que quiero pasar un buen rato viendo una película. Y voy a lo seguro. “American Hustle”, y descubro grandes interpretaciones, buen guión, y la destrucción absoluta de dos de mis mitos eróticos: Christian Bale y Bradley Cooper. Lo siento chicos, no vuelvo a soñar con vosotros nunca más. Bueno, si vuelvo a ver Batman a lo mejor perdono a Christian.
Salgo a correr con la banda sonora de “La vida secreta de Walter Mitty” en mi mp3. Y pongo en repetición hasta casi la locura “Space Oddity”.
En el tema de lectura, me releo, esta vez en inglés por eso de practicar, “Sense and Sensibility” de Jane Austen. Y le encuentro un sentido al frío de fuera; leer con un té y una manta me aparta de las malas noticias y me reconcilia el mundo.
Descubrimiento placentero del mes de febrero, el chocolate a la flor de sal. Sinfonía de sabores.
Y entre las mejores cosas, nuevo proyecto literario entre manos, en colaboración como siempre de Lluís y Vicenç, estoy ilusionada y feliz por trabajar otra vez con ellos.  
Así, con mi mal humor medio vencido, me decido a salir y celebrar que ya estamos a 17 de Febrero, que hoy es lunes, y los lunes me encantan, y que el mes que viene, empieza la primavera. Y una vez más la luz habrá vencido a la oscuridad.


lunes, 27 de enero de 2014

Un gato londinense con bufanda.


 Hace un tiempo, fui a Londres a celebrar mi cumpleaños. Había esperado ese viaje toda mi vida. Mi mitomanía británica siempre estuvo allí. De pequeña leía a Sherlock Holmes. Cuando mis padres decidieron apuntarme a una actividad extraescolar, me apuntaron a inglés. Cuando yo me quise borrar porque en clase lo pasaba fatal y mis compañeros, hoy saldrían en un programa de T5 contra el bullying, mis padres me hicieron quedar y seguir estudiando. Recuerdo a mi yaya  enseñándome a dar una patada a los niños “donde duele”. Que duros eran los setenta para alguien con gafas y jerseys tejidos por su abuela...
Bueno, pues seguí. Además, de mayor veía series como “Eastenders”, bebía té, escuchaba a los beatles, y mi icono era un poster de “Blow up” con David Hemmings en blanco y negro.
Cuando empecé a viajar, Londres siempre me parecía una buena oportunidad, pero por una cosa o otra siempre acababa en otro sitio.
Cuando llegué a Londres, descubrí que ya había estado allí. Resulta que Londres se parecía a cualquier otra ciudad europea. Naturalmente disfruté de todo. Bebí té, paseé por los parques, pagué precios indecentes por la cerveza y vi a la gente vestida de Halloween. Hice fotos. Visité museos. Mercadillos. La entrada del Hotel Savoy. El puente. La piedra Rossetta. El Big Ben. Y todo lo que un turista suele hacer en un corto viaje a una ciudad. Pero tenía la sensación de que ese viaje me llegaba 20 años tarde.
Entonces conocí a un gato. Un día, allí estábamos  en la terraza de un pub, cuando se nos acercó un músico callejero con un gato en el hombro. El músico tocaba a cambio de monedas y el gato llevaba bufanda. Hablamos un poco, le pregunté cómo se llamaba el gato y me dijo que “Bob”. No se me ocurrió preguntarle como se llamaba él. Pues resulta que se llama James Bowen, porque acabo de ver que ha sacado un libro explicando la historia del gato, y claro, la suya propia. Volví a ver al músico del gato cerca del centro. Siempre estaba rodeado de turistas que hacían más caso a Bob que al pobre músico.
No he leído el libro, voy a hacerlo en breve, a ver si lo consigo en versión original.

Al ver el libro del “gato callejero llamado Bob”. Recordé porqué me gustaba tanto Londres. Y es que cuando yo era adolescente, y el mundo quedaba muy lejos de mi, Londres era esa promesa de un mundo mejor, donde todo era posible, donde pasaba todo lo interesante, donde había punks en Picadilly Circus, brujas en Portobello, detectives en Baker Street, nannys que viajaban en paraguas... 
Y  reconozco que debe tener algo especial ya que no en todos sitios un músico y su gato escriben su historia en un libro y ésta tiene éxito.  

EL CREADOR DE DISTOPÍAS

  Tengo un amigo que ama las distopías. Escribe sobre ellas y parece que todo lo analiza con precisión quirúrgica, cuando lo imagino delante...