martes, 19 de marzo de 2013

All you need is love.


Como mañana llega la primavera, hablemos de amor. No, de amor, no. Hablemos de romanticismo. Cada uno es romántico a su manera.
Yo por ejemplo, aunque soy una gran fan de las novelas de Jane Austen, donde todos acaban bien casados, no soy nada ñoña. Así, si voy al cine, prefiero que me hagan reír, sin importarme demasiado si los protagonistas acaban juntos. Si leo un libro en que veo demasiado las intenciones del autor de emparejar a algunos personajes, les cojo tirria. Si estoy viendo una serie de asesinos, de mafia, política o de historias de hoteles, la trama romántica de los protagonistas suele aburrirme bastante.
Hay personajes a los que suelo coger manía por costumbre.
Las estereotipadas mujeres inteligentes que caen a los pies del macho alfa en una situación de peligro. Los amores que superan las distintas clases sociales en plan cenicienta y príncipe. Las parejas que discuten cuando se conocen y por milagro del guión después resulta que eso les pone un montón y acaban casándose. La típica patito feo que se quita las gafas, y se suelta el moño y enamora al jefe/príncipe. O, y este es mi preferido para aborrecer, el macarra que se enamora de verdad y se vuelve bueno.
¿Mi situación romántica preferida?. Pues la que nace del azar, por ejemplo. Los personajes divertidos. Los personajes listos. Sí, la inteligencia y el humor me seducen.  Y una de mis comedias románticas  preferidas,(más comedia que romántica, hay que decirlo) es “Avanti” donde Jack Lemon y Juliet Mills se encuentran una vez al año en Ischia, y luego vuelven a sus vidas. Del gran maestro Billy Wilder.
Como personaje de ficción inteligente, de pequeña estaba enamorada de Sherlock Holmes, y un poco de Moriarty, porque al fin y al cabo también era listo.
Y si tuviera que elegir mi historia de amor preferida, me quedo con “El fantasma y la señora Muir”, con Rex Harrison y Gene Tierney. Un placer para los sentidos. 
Nada más por hoy sólo me queda desear una feliz primavera a todos. Con mucho amor, pero del bueno.  

EL CREADOR DE DISTOPÍAS

  Tengo un amigo que ama las distopías. Escribe sobre ellas y parece que todo lo analiza con precisión quirúrgica, cuando lo imagino delante...