lunes, 12 de diciembre de 2011

"Te quiero" y otras fórmulas sin valor...

Hace unos días, en la clase lengua de primero de E.S.O mandaron hacer una apología de la palabra.
A mis clases de refuerzo acuden algunos de esos alumnos. Después de intentar explicar que significa apología, decidí que lo mejor era decirles que hicieran  una redacción defendiendo la palabra.
Me costó un poco encaminarlos hacia la luz, y tenía que ir haciendo preguntas como "¿Cuál es tu palabra preferida?" o "Cuál és la palabra que te han dicho que más contento te haya puesto" o "¿Cuál es la palabra más extraña que has oído?"...
Después de leer repetidamente en sus encriptados cerebros la frase: "Sofi parece subnormal", al final alguno escribió algo digno de no suspender.
Mientras mis aventajados alumnos enlazaban sus ideas e intentaban plasmarlas sin faltas de ortografía en el papel (para ellos eso es lo mismo que escribir todas las vocales, un gran logro). Yo me puse a pensar en el poder de las palabras.
Algunas culturas dan a las palabras poder real, bueno de hecho casi todas las culturas tienen oraciones que a modo de sortilegio pueden ir cambiando nuestro destino. La magia está íntimamente unida a la palabra. Nuestras emociones van ligadas casi siempre a las palabras, ya sean escritas, pronunciadas o silenciadas. Una palabra, un grupo de letras tiene el poder de hacerte volar al cielo o de desterrarte a los infiernos.
Estuve fisgoneando por algunos perfiles de mis alumnos, y aunque algunos necesitan la piedra Roseta para descifrar los mensajes que se envían, y los estados que cuelgan, la mayoría tratan sobre sentimientos.
Debo quitarme el imaginario sombrero ante la facilidad que tienen hoy mis niños en expresar las emociones, mi generación no escribía “Te quiero” o “Tengo ganas de verte” o “Te echo de menos” con tanta facilidad. Claro que frases como “Esta es una zorra” o “Mi novio no es veterinario así que no le interesas perra” estaban desterradas a alguna puerta de W.C.
Así que me pregunté si de tanto usarlas, las palabras se gastan y pierden valor. ¿Si dices “Te quiero” 100 veces a la semana tiene el mismo valor que si lo dices una vez? ¿O sólo es una fórmula que igual que "Abracadabra" hace que sueltes tus sentimientos sin más? (Sentimientos, bragas y sujetador, que a los 15 suelen ir muy unidos...vale y a los 40 también).
Llegué a la conclusión que las palabras igual que las espadas tienen distinto valor según quien las esté utilizando. Puedes practicar esgrima o puedes cometer un asesinato.
Yo doy mucho poder a las palabras. Quizá por eso doy importancia a las letras de las canciones, a los diálogos de las películas y las obras de teatro o a las conversaciones que oigo por casualidad por la calle.
Creo que al oír tantas palabras vacías a lo largo de nuestra vida, les hemos ido quitando el valor que tenían. Los discursos en época de elecciones tienen mucho mérito en esta hazaña. Pero la palabra sigue aquí, preparada para luchar, palabras cargadas con pasión, con verdad, con amor, con ira...nosotros elegimos.
Alquimia. Armas de destrucción masiva o cañones llenos de flores, pero siempre oro puro.


EL CREADOR DE DISTOPÍAS

  Tengo un amigo que ama las distopías. Escribe sobre ellas y parece que todo lo analiza con precisión quirúrgica, cuando lo imagino delante...